El vrs en argumento


Es como un Patrick Watson rebotando en la cabeza, tiene la calma que provoca ansiedad, retorna la vital y latente energía.

No basta con decir y pensar “una vez más”, solo hay “una” en un tiempo y en un espacio caritativamente perfecto.

Solo es un yo con una equidad, una sonrisa y un chiste no moribundo, un respiro convertido en suspiro, un rebote mezclado de la irrealidad y la esencia real.

Reconociendo los puntos suspensivos representados en un argumento no breve cuando el yo mutuo cuestiona el suceso eufórico del cuál desestabiliza la mente, el corazón y sus venas.

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